domingo, 20 de abril de 2014

Tarta de Zanahoria o Carrot Cake

Hoy os traigo una receta que está uuuummmmm…. Se me hace la boca agua sólo de pensar en ella. Es el clásico Carrot Cake o Tarta de Zanahoria. La hago para muchas ocasiones, cualquier evento es una buena excusa para hacerla, desde un cumpleaños a una baby shower, sobre todo cuando ya tiene tantos fans. 

Así que lo prometido es deuda y ahí va la receta.

La receta es de mi amiga Lola de Encandyla, y la hago casi casi igual que ella, pero sin Thermomix, que ese maravilloso robot no ha llegado a mi casa, y la verdad es que tampoco cabe… Bueno, echad un vistazo a su blog, que como ya os he dicho otras veces es una artista y tiene cosas riquísimas!!!

Ingredientes para el bizcocho:
  • 100 gr nueces de macacdamia
  • 340 gr zanahorias
  • 1 bote pequeño de piña en almíbar (5 rodajas creo que viene)
  • 200 gr de harina de trigo
  • 80 gr de harina integral
  • 1 cucharadita o tsp bicarbonato
  • 2 cucharaditas o tsp levadura
  • 1/2 cucharadita o tsp sal
  • 2 cucharaditas o tsp canela
  • 4 huevos talla L
  • 200 gr azúcar blanca
  • 100 gr azúcar moreno
  • 240 ml de aceite de oliva suave o girasol
  • 2 cucharaditas o tsp esencia de vainilla

Ingredientes para el Frosting
  • 300 gr queso de untar (tipo Philadelphia)
  • 250 gr azúcar glas
  • 50 gr  mantequilla a temperatura ambiente
  • 400 ml nata líquida con 33% de materia grasa
  • 1 cucharadita o tsp de esencia de vainilla
Nos ponemos manos a la obra

Ponemos las nueces de macadamia en el horno precalentado a 180º durante 5 minutos para que se tuesten un poco. Si no tienes o encuentras nueces de macadamia puedes usar otras nueces, incluso las originales que son las pecana, pero es que son muy caras. Yo, las de macacdamia las consigo en Mercadona.


Dejamos que se enfríen y mientras troceamos la piña y picamos o rallamos la zanahoria. Yo suelo picar a mano en cuadraditos pequeños la piña sin el almíbar que lleva la lata y en el picador (accesorio de la batidora) la zanahoria pelada  y luego picamos las nueces ya frías. Ponemos en un bol la piña, nueces y la zanahoria.


Ahora mezclamos los ingredientes secos en un bol (la harina de trigo y la integral, tamizadas), la canela, la levadura, el bicarbonato y la sal.


En la batidora de varillas mezclamos los huevos junto con el azúcar moreno y la normal, hasta que veais que queda una crema blanquecina. Vamos añadiendo poco a poco el aceite y la esencia de vainilla. Cuando obtengamos una mezcla cremosa y se hayan integrado bien todos los ingredientes vamos añadiendo poco a poco los ingredientes secos que ya teníamos mezclados en un bol. Cuando ya los tengamos integrados, añadimos la mezcla de nueces, zanahorias y piña. Veréis que la mezcla queda con los tropezones de estos últimos ingredientes, pero no pasa nada, es así.


Ahora ya toca ponerlo en el molde, previamente engrasado. A mi me gusta que quede alta, para luego poder poner más capas con el frosting para que quede más jugosa y todavía más rica. Lo metemos al horno, que está precalentado a 180º durante unos 50 minutos, pero como ya sabéis esto depende mucho de cada horno, por lo que cuando ya llevéis 40 – 45 minutos estad atentos a ver cómo va e id pinchando con un palillo para ver que sale limpio y que ya está hecho (no antes de este tiempo o sino no conseguiréis que suba). Hasta que no salga limpio el palillo, no está todavía hecho del todo. Yo uso de los de madera de las brochetas que son largos y así llego hasta la base del bizcocho.


Lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar en el molde unos 15 minutos ya que si lo desmoldamos ahora está muy blandito aún y se nos romperá. 

Pasado este tiempo lo desmoldamos y lo dejamos enfriar del todo sobre una rejilla dado la vuelta de manera que la parte que ha subido más en el horno quede ahora como la base del bizcocho para que quede más plano. Yo lo dejo enfriar tapado con un paño y hasta el día siguiente no monto la tarta.


Pero si que podemos ir haciendo el frosting para que se enfríe y gane consistencia. El típico frosting que lleva el carrot cake es con el queso y el azúcar, pero nosotros le vamos a poner también nata montada, que le da un toque especial y queda mucho más jugoso luego el resultado final.

Para ello, lo primero que tenemos que hacer, es montar la nata. Usamos 2 bricks de 200 ml de nata para montar con materia grasa como mínimo del 33%, es importante echar los bricks enteros, ya que lo que queda al fondo es lo que más grasa tiene y si no lo echamos, no lograremos que nos monte la nata. Por lo que no vale un brick de 1 litro ni de medio litro y echar sólo 400 ml. Para montar la nata, si tenéis una batidora de varillas eléctricas es muy fácil y si no, con varillas a mano, que se sufre más, pero subir sube. Una clave para que se monte bien es tener la nata bien fría y las varillas y el bol donde se monta si se puede meter alguna de las partes en el congelador. Yo cuando empiezo hacer el bizcocho, meto la nata en el congelador, para que se vaya enfriando bien.  Si lo hacéis con la eléctrica, hay que hacerlo a velocidad media, no os paséis de velocidad, que se os puede cortar. Si os pasa, no lo tiréis!!! Que habréis conseguido mantequilla casera!!!

Una vez montada la nata, la reservamos en un bol en la nevera.


Ahora en la batidora ponemos el queso de untar y la mantequilla (que la tendremos a temperatura ambiente) hasta que se integren bien.  Después incorporamos el azúcar y la esencia de vainilla.

Ahora con una varilla y a mano vamos incorporando poco a poco la nata montada y lo vamos integrando con suavidad. Cuando ya está todo integrado, lo tapamos y lo metemos en la nevera hasta que montemos la tarta.


Al día siguiente, con el bizcocho ya frío, montamos la tarta. A mi me gusta cortarla en 3 capas y se puede cortar o con un cuchillo o con una lira. 


Entre capa y capa añadimos frosting y luego podemos cubrir toda la tarta con el frosting. Volverla a meter en la nevera como mínimo 2 horas para que vuelva a coger consistencia el frosting y ya se puede comer!!! Ya veréis que rica está!!!



Algunos apuntes o trucos

Al cortarla, yo pincho palillos en uno de los lados y así cuando vuelva a montar la tarta, sé como va todo, y la vuelvo a montar correctamente.



Esta tarta, al llevar nata, hay que guardarla en la nevera, si no la vamos a poder conservar en la nevera, al frosting no le pongáis nata. Quedará también muy rica.


Si os pasáis batiendo la nata y se os corta, seguir batiendo hasta que se separe el suero (lo líquido) y el resto es una mantequilla casera que habréis hecho. Eso si, lo tenéis que ir escurriendo con una tela para que suelte todo el suero y nos quedamos sólo con la mantequilla. La metéis en la nevera y cuando coja consistencia ya la podéis usar.

Decoración: La podéis decorar con la temática que queráis, o con la clásica con unas zanahorias. Os podéis animar y las hacéis con fondant o podéis comprar las zanahorias de azúcar que las venden en tiendas de cosas de repostería.

Cucharadas, cucharaditas,…¡Qué lio!
En España hablamos de cucharadas y cucharaditas alegremente y cada uno en casa vemos que la cuchara de sopa tiene  un tamaño diferente, por no hablar de las de postre! Eso en muchas recetas americanas que veréis lo tienen mejor montado y hablar de teaspoon (tsp), que sería nuestra cucharita de postre y tablespoon (tbsp), que sería nuestra cuchara de sopa. Ellos realmente tienen cucharas que venden con el tamaño exacto, la verdad es que ya se ven en bastantes sitios por España, por lo que si buscáis un poco seguro que las encontráis y si no en alguna tienda dedicada a temas de repostería las tienen seguro y también en las tiendas de chinos. 


domingo, 6 de abril de 2014

Tartaleta de huevo, beicón y queso

Hace un montón que no traía ninguna entrada, pero es que en época de nieve, ya sabéis que no paro.... Ahora que ya más o menos he acabado la temporada me pongo de nuevo con vosotros.

Hoy os traigo algo clásico como es un huevo con beicon, pero de una forma más original

Ingredientes para cada tartaleta
1 rebanada de pan de molde
un poco de mantequilla derretida
1 loncha de beicon
20 gr de queso mozzarella
1 huevo

Nos ponemos manos a la obra
Ponemos la rebanada de pan de molde sobre una tabla, le quitamos con un cuchillo los bordes y con un rodillo la aplanamos. Las pintamos un poco con la mantequilla derretida.


En un molde de muffins ponemos el pan de molde dándole la forma del hueco. 

Ponemos la loncha de beicon a lo largo de la tartaleta de manera que los bordes queden por fuera o beicon en trocitos (lo podemos poner crudo y que se haga al horno o hacerlo previamente un poco), ponemos el queso, ya sea rallado o en trocitos y le añadimos el huevo en el interior.


Precalentamos el horno a 180º y horneamos las tartaletas durante unos 20-25 minutos. Depende de si os gusta el huevo más hecho o menos. 


La yema queda blandita, pero no líquida, ya que la idea es comerlo a mordiscos y que no se caiga toda la yema.


Espero que os guste es una comida rica y clásica pero de manera original o de desayuno de fin de semana!!



sábado, 1 de marzo de 2014

Apple Pie o Tarta de Manzana

El otro día me encontré con que tenía un montón de manzanas en casa e hice un montón de recetas con manzanas y objetivo cumplido, ya acabé con todas!!!

Esta receta que os dejo está buenííííííísima, es un típico Pie americano, y como no, de manzana. Pues eso, os dejo la receta de Tarta de Manzana o Apple Pie.

Lleva una base de masa quebrada y va cubierta por otra lámina de masa quebrada, que os dejo la receta para hacerla casera, que no es difícil y se nota la diferencia.

Ingredientes

Ingredientes para la masa quebrada (para 2 láminas):
  • 520 gr de harina de trigo normal
  • 2 cucharaditas (tsp) de azúcar
  • 1 cucharadita (tsp) de sal
  • 200 gr mantequilla fría
  • 100 ml de agua fría

Ingredientes para el relleno:

  • 1 kg de manzanas
  • 20 gr mantequilla
  • 10 ml zumo limón
  • 20 ml vino dulce
  • 1 cucharadita (tsp) de canela
  • ¼ cucharadita (tsp) de clavo molido
  • 125 gr azúcar moreno
  • 15 gr maicena (harina fina de maíz)
  • Leche para pintar la tarta
  • Azúcar y canela para espolvorear encima de la tarta

Nos ponemos manos a la masa
Lo primero que vamos hacer es la masa quebrada, para ello mezclamos todos los ingredientes secos en un bol (harina, sal y azúcar). Cortamos la mantequilla en daditos y la echamos junto con los ingredientes secos. Incorporamos el agua y amasamos a mano o si tenemos alguna maquinita que nos ayude, pues eso que nos evitamos. Según se va amasando, se van creando como grumos y hay que seguir amasando hasta que la masa se una y quede una sola bola de masa. Yo empecé con el amasador, pero siempre me gusta terminar a mano, así que lo eché en la encimera limpia y amasé a mano hasta conseguir una textura lisa.


Dividir la masa en 2 trocos y ahora hay que estirar cada uno de ellos, uno para la base y otro para luego cubrir la tarta.
Lo mejor para que no se os pegue ni al rodillo ni a la mesa es estirarla con el rodillo entre 2 papeles de horno, hasta que veamos que nos sirve para el molde que hemos elegido. Hacemos las dos láminas y una vez echas la metemos en la nevera por lo menos 30 minutos para que sea más fácil trabajar con ella y no se nos rompa enseguida.


Mientras la masa enfría en la nevera, nos ponemos con el relleno.

En un bol mezclamos todo menos la manzana y mantequilla. El limón en estas mezclas sirve para que no se oxide la manzana y también sirve para potenciar el sabor. 


Pelamos las manzanas, quitamos la parte del centro y la cortamos en trocitos y la ponemos a macerar con todos los ingredientes que ya hemos mezclado. Le damos unas vueltas para que se integre todo bien y lo dejamos reposar como mínimos 10 minutos.


Precalentamos el horno  a 220 grados arriba y abajo.

Sacamos la masa de la nevera y forramos el molde con ella, podemos poner la masa directamente en el molde o ya que tenemos papel de horno usarlo para poner la masa sobre él y no directamente sobre el molde para que no se pegue y luego se pueda desmoldar mejor.


Echamos las manzanas con su jugo en la masa y lo extendemos por toda la masa de manera homogénea y ponemos la mantequilla cortada en daditos pequeñitos para que de para toda la superficie. 



Tapamos con la otra lámina de masa quebrada,  y cerramos juntando el borde de la lámina de la base con la lámina de la tapa. En el centro hacemos una cruz para dejar que por ahí se escape el calor y no hinche la masa, en plan chimenea.


Como a mí me sobró un poco de masa, hice unas decoraciones por encima para que hiciera más bonito. 


Pintamos con leche la parte de arriba de la masa y luego espolvoreamos por encima con un poco de azúcar y canela. Y al horno!!


Yo lo pongo en la parte baja del horno, ya que el mío quema todo muy pronto por arriba, pero eso ya cada uno debe ir conociendo a su horno poco a poco. Primero lo ponemos 15 minutos a 220 grados y luego bajamos a 180 grados y lo dejamos 50 minutos.


Y ya tenemos una riquííííííísima Tarta de Manzana o Apple Pie.


Espero que os haya gustado y que os animéis y la hagáis.

Algunos apuntes o trucos

Manzanas:
Las típicas para usar son las reinetas o Golden, pero usa las que tengas o te apetezca. Incluso si tienes de varios tipos, mézclalas también, así te encontraras distintos toques de sabor en la boca!!

Como tomarla:
Se puede tomar caliente o fría, está rica de todas formas, pero a mi me gusta darle un toque de calor que creo que le da un punto muy especial.


Cucharadas, cucharaditas,…¡Qué lio!

En España hablamos de cucharadas y cucharaditas alegremente y cada uno en casa vemos que la cuchara de sopa tiene  un tamaño diferente, por no hablar de las de postre! Eso en muchas recetas americanas que veréis lo tienen mejor montado y hablar de teaspoon (tsp), que sería nuestra cucharita de postre y tablespoon (tbsp), que sería nuestra cuchara de sopa. Ellos realmente tienen cucharas que venden con el tamaño exacto, la verdad es que ya se ven en bastantes sitios por España, por lo que si buscáis un poco seguro que las encontráis y si no en alguna tienda dedicada a temas de repostería las tienen seguro y también en las tiendas de chinos grandes.


jueves, 6 de febrero de 2014

Tejas



Os dejo otra receta que también es sencilla, y que no tiene nada que ver con las que compras por ahí, comparadas con lo ricas que quedan hechas en casa a nuestro gusto. Que me gusta más con sabor a naranja, pues le echo más naranja, que me gusta más el limón, pues más limón, que la almendra la prefiero en trocitos en vez de en láminas, pues la echo como me apetezca… Es lo que tiene hacerla uno mismo.

Esta receta es de mi marido y solidariamente me la ha dado para que la publique en el blog, y mira que le ha costado, que la última vez que hicimos las tejas fue para su cumple en noviembre y hasta ahora no me la ha dado (su tesooooro)…. Y yo he insistido y además, cuando soy pesada….puedo ser muy pesada… Pero bueno, lo importante es que ya es mía la receta y por consiguiente, de todos vosotros.

Ingredientes
  • 140 gr almendras crudas (yo la uso en trocitos, que me gusta más que en láminas para manejar la masa)
  • 30 gr mantequilla punto pomada
  • 4 claras huevo M
  • 30 gr harina
  • 170 gr azúcar
  • Pizca de sal
  • Ralladura de 1/2 limón
  • Ralladura de 1 naranja

Nos ponemos manos a la masa

En un bol mezclar bien, por este orden, la harina, el azúcar, las almendras y una pizca de sal.



Añadir luego la mantequilla y las claras sin batir. La mantequilla es muy importante que esté en punto pomada, ya que sino quedarán grumos de mantequilla. Así que si te despistaste y está dura la mantequilla ponla un pelín en el microondas para que esté blandita, pero que no quede líquida. Si los huevos eran más grandes, a lo mejor tienes que echar un poco más de harina.







Rallar la piel del limón y de la naranja, hasta que lleguéis al blanco, pero no más, ya que si echáis de la parte blanca os dará sabor amargo. 


Mezclar bien hasta que quede una pasta viscosa y homogénea y dejar reposar varias horas (mínimo 3h) en la nevera tapando el bol con un film transparente. Yo la suelo dejar hasta el día siguiente, pero no más de 2-3 días, que lleva huevo crudo.



El día que ya las hacemos, en una bandeja de horno ponemos papel de horno y hacemos montoncitos pequeños (la cantidad de media cuchara sopera) y bastante separados (ojo que se extienden mucho al calentarse), por ejemplo, 3 filas y 4 columnas para una bandeja de horno normal. Extendemos la masa con golpecitos con el lado de la cucharita de manera que queden de forma ovalada. El objetivo de hacerlo a golpecitos con la cuchara es que no nos llevemos toda la consistencia de la masa a un lado, sino que quede repartida por toda la teja.



Precalentamos el horno a 160 grados.

Suelen bastar unos pocos minutos (7-8 min), depende del grueso, hasta que queden bien doradas. Entre una hornada y la siguiente, meter el resto de la masa en la nevera, para que mantenga el frio.
Os daréis cuenta de que con el calor, la masa del bol se queda más líquida, por eso mejor tenerla cuanto mejor fría todo el rato que se pueda para poder manejarla mejor cuando toca hacer los montoncitos.

Al sacarlas del horno, colocarlas enseguida aún calientes sobre un rodillo forrado con papel de plata o sobre una botella para que cojan su forma curvada, ayudando un poco con las manos a que tomen esa forma (ojo con no quemarse los dedos). Esta operación habrá que hacerla deprisa porque la masa sólo se puede modelar cuando aún está caliente, y al enfriarse se queda dura y crujiente. 


Luego dejar enfriar del todo sobre una rejilla o en una cesta de mimbre, para que "respiren" y no se reblandezcan.

Para almacenarlas se puede hacer en cajas de lata o en las misma cesta de mimbre.